Bellezas peligrosas

Parece milagro, pero es bastante común: las bellezas veraniegas de Mallorca son indestructibles. Se tragan el polvo de la carretera y eclipsan un sol abrasador con la exuberante belleza de sus flores. Bougainvilleas, adelfas y lantanas, pertenecen – desde hace mucho tiempo ya – al verano de la isla. Más aún: ellas le dan su identidad al espacio.

... y aportarán a la pálida columnata la profundidad relajada de un cenador.

Puede que sea peligroso tocarlas (la adelfa es la más venenosa de las tres plantas), pero su olor es a todas luces embriagador y su aspecto siempre cautiva; cautiva al norteño de nuestros días hasta tal punto de que se trae numerosos esquejes en pequeñas macetas de su propio centro de jardinería a la terraza y al balcón, donde conserva (generalmente hasta el siguiente invierno) el recuerdo de las vacaciones con la contemplación de las flores, a menudo ralas. Pero el próximo cambio climático seguro que llega. Entonces, quizás naturalizará las peligrosas bellezas veraniegas del sur en Renania – además del Rioja y Barolo. Pero hasta entonces debería aprovechar cada oportunidad para rendirse a su encanto en el entorno del mediterráneo.