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estelas
culturales... |
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Excursión a la Edad Media |

La fortaleza de Capdepera vista por
Nicolás
Casellas |
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Mientras tomaba el obligatorio café con leche en la Plaça de l'Orient en
Capdepera, Figaro permaneció durante largo tiempo absorto en los
pensamientos que la amplia vuelta por la fortaleza había despertado en él.
Los arqueólogos y ciudadanos comprometidos habían realizado un buen
trabajo para permitir a los contemporáneos conocer de una forma nueva esta
joya cultural. |
Hoy en día es posible seguir, paso a paso entre chumberas y encinas, la
transformación de una base militar en un lugar de encuentro civilizador de
la comunidad: la torre cuadrada de Miquel Nunis, esa vieja atalaya en
cierto modo germen de la fortaleza, o la cisterna para el abastecimiento
de emergencia de la población en caso de asedio, la capilla de la
fortaleza, centro espiritual de un cristianismo fortificado, o el palacio
del gobernador como pilar que muestra el camino a esta época burguesa que
es nuestro tiempo – todas ellas son estaciones indudables de una evolución
paradigmática. |
Además, la fortaleza almenada, con sus barbacanas y atalayas, invita a
todos los visitantes sin vértigo a dar una vuelta con una vista panorámica
espectacular. Y quizá, la visión de la lejana Menorca traiga consigo,
durante un instante, aquel fuego de antorchas familiar en la historia de
la fortaleza con el que Jaime I engañó a los sarracenos de la isla vecina
para someterse pacíficamente en junio del año 1231. O quizá, impresionado
por la Virgen de la Esperanza en la capilla de la fortaleza, vea
desaparecer en una nebulosa a los barcos en el puerto de Cala Rajada, como
antaño desapareció la flota turca dispuesta a invadir la isla… ¡Un paseo
hecho a medida para soñar despierto! |
Mientras tanto, las primeras gotas de lluvia sobre la piel avisan a
Figaro, perdido en sus pensamientos en la plaza mayor de Capdepera, de que
es hora de partir. Se sonríe cuando por fin reconoce Sant Salvador en Artà
en la lejanía. ¿Es el autobús hasta Artà de verdad lo mejor que podía
ofrecer esta ciudad, tal como les gusta proclamar a los sedentarios
artanenses durante las animadas tertulias? Después de haber dado un paseo
por la fortaleza más grande conservada de Mallorca, Figaro cree tener la
respuesta. |
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